La hipermetropía es otro de los vicios de refracción del ojo (como la miopía, astigmatismo), donde los rayos de luz desde el infinito que inciden en éste no se proyectan sobre la retina, sino por detrás de ella cuando el ojo se encuentra en reposo. (fig. 1)
El sujeto hipermétrope no puede ver con nitidez ni de lejos ni de cerca, a menos que ponga en juego su acomodación.
La hipermetropía puede ser originada por:
- Acortamiento del ojo en su largo axil (menor a 23mm).
- Una menor curvatura en córnea o cristalino.
- Cambios en los índices de refracción del cristalino y humor acuoso.
- Falta de cristalino.
Se considera una condición fisiológica que se suele dar al nacer, debido a que el ojo no ha adquirido su largo total. A medida que vamos creciendo, también lo hacen nuestros ojos llegando al largo normal (23-25mm) y corrigiéndose la ametropía, pero en algunos casos no sucede y ahí es cuando debemos intervenir.

Clínica de hipermetropía
La agudeza visual del paciente hipermétrope varía con la edad y con el grado de anomalía. El síntoma más característico se debe al esfuerzo acomodativo, que se implementa tanto para ver de cerca como de lejos. Se manifiesta con cansancio ocular, y en algunos casos puede aparecer dolor de cabeza, visión borrosa al ceder esta acomodación, y la necesidad de refregarse el ojo para generar una especie de masaje.
En general la sintomatología se presenta más pronunciada cuando se encuentra trabajando o viendo objetos cercanos, debido a que el mecanismo de acomodación es mucho mayor y a veces más prolongado que al ver de lejos.
Tratamiento
La forma de corrección de hipermetropía es similar a las demás ametropías. El uso de lentes esféricas convexas, siendo aéreas o de contacto puede corregir el error refractivo. En ciertos casos, la cirugía refractiva también puede ser de utilidad.
Para mayor información sobre el tratamiento consulte con su oftalmólogo de confianza, a fin de saber cuál es la opción más adecuada según su caso.